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Confiar, caerse, llorar, olvidar, ¿te suena?
Vivimos haciendo daño y esa es la única verdad.
-“No era mi intención”
Si, no lo era, pero lo hiciste. ¿Y ahora qué? ¿Pedir perdón? Con eso no basta, el daño esta hecho, corazón.

Éxtasis.

Sentía que me faltaba el aire, catarata de imágenes y sentimientos que me eran imposibles de controlar, diluirlos era mi meta. Increíble, fantástico, maravilloso, ni siquiera esas palabras se acercan a lo que sentí. Incluso comenzaba a marearme, angustia y gozo a la vez, dolor y placer al unísono, en definitiva, algo extraordinario, imposible de explicar, por lo menos con palabras.
¿Sabéis de qué hablo? ¡Joder!, ¡tenéis que probarlo!






Sine die.

Vuela alto, muy alto, más alto.

Pequeña estrellita que surcaba el cielo...lo hacía despacito, para no perderse y sin miedo. Ya no recordaba el motivo por el que se marchó, solo recuerda su nombre, y lo bonito que sonaba en boca de aquellos que la querían...Pero todo acabó, todo tiene su fin, ¿no? Ya no sonaba dulce, ni bonito, ni siquiera sonaba...ya no la llamaban, ya no la necesitaban...pero no te preocupes estrellita, vuela alto, y si no es suficiente vuela muy alto y si aún se sigue viendo tu sombra en la arena, vuela más alto, que ni los que te quisieron, ni los que te querrán te vean, unos por haberte dejado de querer y otros por no haberse dado cuenta antes.






Sine die..